Los concursos de acreedores son el mecanismo que tienen las empresas para resolver situación económica especialmente delicada de la mejor forma posible. Es decir, es la herramienta para intentar salir de una circunstancia en la que no se dispone de liquidez para afrontar deudas.

Es la Ley Concursal 22/2003 de 9 de julio la que establece cuándo es posible someterse a concursos de acreedores y en qué condiciones. El objetivo final es facilitar que el deudor pueda continuar con su actividad mientras y, a la vez, que los acreedores puedan recuperar sus créditos o parte de ellos.

El gran problema es que la gran mayoría de los concursos de acreedores en España acaban con la liquidación de las empresas. No debería ser así, al contrario, lo que se busca es, precisamente la recuperación de las empresas. Los motivos de que esto suceda son muy diferentes.

¿Por qué fracasan los concursos de acreedores?

Son muchos los errores que pueden dar al traste con esas buenas intenciones de los concursos de acreedores. Y la mayoría de ellos se podrían evitar o corregir. De la lista de motivos por los que fracasan estos procedimientos se pueden destacar algunos:

1. Reaccionar tarde: tal vez por ese elevado índice de fracasos, en muchos casos se intenta salvar la situación por otros medios. Así, cuando se llega a los concursos de acreedores la situación puede ser tan grave que sea realmente complicado resolverla satisfactoriamente. Es el mayor error que se puede cometer porque cuanto antes se inicie el procedimiento, más posibilidades de resolución satisfactoria hay.

2. Irregularidades contables: una mala gestión de la contabilidad, irregularidades que provocan confusión a la hora de valorar la situación financiera de la empresa o doble contabilidad son motivos (entre otros) que llevan a la declaración de culpabilidad en el concurso de acreedores. Evidentemente, es una situación creada previamente al concurso, por eso, antes de cometer irregularidades conviene pensar en el futuro.

3. Falta de experiencia: los concursos de acreedores son procedimientos realmente complejos, por lo que se necesita no solo formación específica, también conocer en profundidad su mecanismo de funcionamiento. Es el juez el que nombra al administrador concursal y en ese aspecto no se puede intervenir. Pero sí se puede elegir a un buen profesional que sirva de apoyo legal en el proceso.

Otros factores que contribuyen al fracaso de los concursos de acreedores

A esos errores se pueden añadir factores que magnificarán el resultado negativo de los concursos de acreedores. Entre esos factores cabe mencionar la lentitud en el procedimiento. Los concursos de acreedores deben cumplir unos plazos en lo que respecta a notificaciones y pasos esenciales. Esto provoca que la situación financiera de la empresa pueda agravarse de manera irreparable mientras llega la resolución.

A esos retrasos no ayuda precisamente la lentitud de la justicia, mucho más en momentos de crisis en los que los concursos de acreedores se multiplican. Para entenderlo con cifras concretas, en el primer semestre de 2021, se presentaron 3.183 concursos, un 79 % más que el año anterior. Una sobrecarga en los juzgados de lo mercantil difícil de solventar.

La importancia de un buen asesoramiento

Ante dificultades financieras serias, el consejo es no dilatar la toma de decisiones. Ya hemos señalado cómo dejar pasar el tiempo solo provoca que la situación se torne insostenible y los concursos acaben en la liquidación de las empresas, el último recurso.

Por ello, un buen asesoramiento profesional a cargo de especialistas con experiencia en derecho mercantil y en la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad es esencial. Solo un adecuado soporte permitirá adelantarse a las circunstancias y emprender las medidas necesarias para que si se llega al concurso de acreedores se haga en las mejores condiciones.

Estás a sólo
un paso de conseguirlo.

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Ventajas:

● Eliminación de Deudas: Posibilidad de exonerar todas o parte de las deudas.

● Reinicio Financiero: Permite a los deudores empezar de nuevo sin la carga de las deudas anteriores.

● Protección Legal: Proporciona un marco legal para proteger al deudor frente a las demandas de los acreedores.

Desventajas:

● Impacto en el Patrimonio: Posible pérdida de bienes y patrimonio.

● Requisitos Estrictos: No todos los deudores pueden acogerse debido a los requisitos legales.

● Proceso Complejo: El procedimiento puede ser largo y complejo, requiriendo asesoramiento profesional.